El síndrome de ovario poliquístico: recomendaciones nutricionales

El síndrome de ovario poliquístico, en adelante SOP, es una patología compleja del sistema endocrino que afecta a 1 de cada 10 mujeres en edad fértil, aunque también está presente en mujeres pre y pos menopáusicas.

Uno de los principales riesgos de este trastorno es de tipo cardio-metabólico, independientemente de la obesidad. Además, este tipo de mujeres tienen riesgo de padecer otras enfermedades mórbidas como dislipemia, hipertensión, diabetes, hígado graso no alcohólico, apneas o cáncer de endometrio. Es fundamental enfocar el SOP con un adecuado patrón alimentario y estilo de vida.

Entre las características que comparten las mujeres con SOP están:

  • anomalías reproductivas por anovulación
  • la resistencia a la insulina
  • dislipidemia o elevada concentración de lípidos en sangre
  • hiperandrogenemia o exceso de producción de andrógenos
  • inflamación crónica de bajo grado
  • mayor riesgo de diabetes tipo 2
  • patologías cardiovasculares
  • ansiedad y depresión

En el caso de pacientes con un sobrepeso es aconsejable la intervención mediante la mejora de composición corporal y distribución de grasa, más que los protocolos tradicionales de pérdida de peso mediante dietas muy restrictivas o hipocalóricas. La obesidad central agrava la resistencia a la insulina y las complicaciones metabólicas en este tipo de mujeres, por lo que es importante mejorar esa morfología.

Mejorar la salud endocrino-metabólica de este tipo de mujeres debe ser prioridad, ya que es muy probable que así se reduzca la posibilidad de trasmitir el SOP a sus descendientes. Propiciar un buen ambiente uterino puede prevenir muchas patologías futuras.

Los patrones alimentarios no saludables interfieren en el correcto funcionamiento del sistema inmunitario innato, nuestro principal mecanismo de defensa que también puede promover un estado de inflamación sistemática crónica de bajo grado. Esta situación está directamente relacionada con la resistencia a la insulina y otras comorbilidades propias del SOP.

La disbiosis intestinal es la alteración del equilibrio de la microbiota que puede llevar a dislipemia y a desarrollar inflamación crónica de bajo grado. Además, numerosos estudios apuntan a que la microbiota oral influye en la regulación de la presión arterial. Sería interesante no abusar de realizar enjuagues bucales en este tipo de pacientes, debido a su perfil de riesgo de hipertensión.

El abordaje nutricional de las mujeres con SOP debe ser mantenido a largo plazo ya que mejora notablemente los signos. Entre las recomendaciones generales se encuentran:

  • reducir los carbohidratos simples
  • Observar y corregir déficits nutricionales de algunos minerales
  • optimizar el omega-3 y omega-6
  • aumentar el consumo de verduras
  • ejercicio físico
  • mejorar la microbiota
  • potenciar la crononutrición